Una receta de aprovechamiento muy fácil de hacer y de sabor delicioso.
El resultado es un pudin cremoso con un intenso sabor a fresas.
Su textura suave y esponjosa te conquistará.
Lleva pocos ingredientes, puedes hacerla con restos de magdalenas, de algún bizcocho, de pan…
El pudín de fresas al horno es una receta deliciosa, aromática y perfecta para cualquier ocasión.
Ingredientes:
500 g de fresas
4 huevos
400 ml de leche
Restos de bizcocho, magdalenas, pan…(yo he utilizado 6 rebanadas de un bizcocho tipo plum cake)
3 cucharadas de azúcar
Ingredientes para el caramelo líquido:
4 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de agua
Preparación:
1. Comienza precalentando el horno a 200 grados centígrados con calor arriba y abajo.
2. Prepara el caramelo líquido, si lo tienes ya comprado, un paso menos que hay que hacer 🙂
Hazlo de la siguiente manera; en una olla a fuego bajo pon las 4 cucharadas de azúcar junto con las 2 de agua. Déjalo que se haga sin removerlo con ningún utensilio, puedes menear un poco la olla. En unos minutos ya habrá adquirido un colorcito dorado y estará listo.
3. A continuación vierte el caramelo en el molde que vayas a utilizar y distribúyelo bien por toda la base.
4. Seguidamente pon en un recipiente amplio los 4 huevos y las 3 cucharadas de azúcar. Si te gusta mucho el dulce no dudes en poner más cantidad.
Bate con unas varillas manuales y cuando el azúcar esté integrada agrega los 400 ml de leche.
Mueve para que se unan los ingredientes.
5. Lo siguiente será cortar las fresas en trocitos, lávalas previamente y retira también las hojas.
Cuando hayas terminado, introduce las fresas en el recipiente donde tienes los huevos, el azúcar y la leche.
Ahora pon los restos de bizcocho, de magdalenas o de lo que hayas elegido.
Mueve un poco y coloca la mezcla en el molde caramelizado.
6. Como nuestro pudin de fresas lo vamos a hornear al baño María, pon el molde dentro de un recipiente apto para el horno y rellénalo con agua muy caliente hasta más o menos la mitad del molde.
Hornea durante aproximadamente una hora. Si llegado al final de ese tiempo ves que la superficie ya está dorada, tapa con papel de aluminio y continúa con la cocción.
7. Pasado el tiempo déjalo enfriar a temperatura ambiente y después mételo en el frigorífico. Lo mejor es dejarlo de un día para otro.
Transcurrido ese tiempo, ya habrá tomado consistencia y podrás desmoldarlo.
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